viernes, 24 de junio de 2011

Diálogo por la paz



El diálogo que tuvieron ayer el Poeta Sicilia y Calderón, esta comentado hoy en la prensa como algo excepcional, un dialogo verdadero que marcó la diferencia para unos, para otros como un total fracaso o éxito mediático para el poeta y la presidencia. 
Con eso que ya nos cuesta creerles a los periodistas mejor que cada uno se forme su criterio:











Carlos Marín - Cursos Intensivos en el Alcázar

Al igual que un titipuchal de interesados (ignoro si miles o millones), tuve la oportunidad y el privilegio de atestiguar, de principio a fin, la más importante de las reuniones que se han realizado entre víctimas de la criminalidad y el gobierno de Felipe Calderón.


La de ayer constituyó, además de un suceso excepcional con el más importante factor de interés periodístico, el conflicto, un curso intensivo de reclamos y testimonios de la indignación social ante las ineficacias, insuficiencias e injusticias de lo que sea que cada quien entienda por “gobierno”, por una parte, así como de información, concepción y estrategia en materia de seguridad pública.


Ciro Gómez Leyva -El mejor Sicilia, el mejor Calderón
Y el presidente Calderón comprendió el acontecimiento. Lejos de darle trámite burocrático, lo montó y convirtió en lo que puede ser el mejor momento público de su mandato.
Ninguno quiso invalidar al otro. Pero debatieron como, estoy seguro, millones queremos que se debata en México. Sin falsas suavidades ni ambigüedades. Sin trampas. Sin el objetivo de ganar la discusión por ganar la discusión.

Sirvió para que soñáramos que hay un país donde los mexicanos de buena fe no pueden estar en guerra con los mexicanos de buena fe.

¿Es poca cosa?

Joaquín López-Dóriga  Gracias al poeta -En Privado
Uno de los momentos clave fue cuando, pausado pero sin pausa, Sicilia dijo:

En su calidad de representante del Estado, señor Presidente, está obligado a pedir perdón a la nación, en particular a las víctimas, a lo que le respondió: Coincido en que debemos pedir perdón por no proteger la vida de las víctimas, pero no por haber actuado contra los criminales; eso, definitivamente es un error. En eso, Javier, estás equivocado.

Héctor Aguilar Camín -El diálogo que sí fue, Día con día
Lo primero que hay que decir sobre el Diálogo por la Paz celebrado ayer en el Castillo de Chapultepec es que fue efectivamente un diálogo, un diálogo de una intensidad y una transparencia como creo que no habíamos visto en México entre un Presidente en funciones y un grupo de agraviados, adoloridos, elocuentes ciudadanos.

El discurso de las víctimas toca una fibra moral y emotiva ausente hasta ahora en el debate sobre la guerra contra el crimen organizado. Es un discurso que tiene nombres y apellidos, deudos de carne y hueso, lágrimas por pérdidas que tienen una fuerza de verdad inapelable.

El diálogo tuvo la lógica encendida de una acusación y una defensa. La defensa del presidente Calderón, tanto en su parte leída como en su parte improvisada, fue de una intensidad equivalente al discurso de las víctimas: un examen público de conciencia.

 Jairo Calixto Albarrán -Exigen justicia y responden con burocracia,Política cero

Cuando a Jelipillo no le importó que el poeta Sicilia fumara en el encuentro de dos mundos en el Alcázar de Chapultepec, me di cuenta de que era el primer gesto verdaderamente humano que le veía en meses. Después de semanas de bravatas, regaños, golpes de mando y melodramas rancheros, este fue un auténtico ejercicio de tolerancia de Calderón, de esos que le son tan poco comunes.

Como quiera que sea, de regreso a los Diálogos en Chapultepec, la bronca estuvo cuando la defensa siciliana exigía justicia (eran los portadores de historias de terror que no habría imaginado ni Lovecraft), y los federales respondieron con densas dosis de burocracia. Nada se puede, todo es laberíntico, intrincado, cuesta arriba. 

De la guerra fallida del gobierno al diálogo Sicilia-Calderón como distracción- Misterio Público/AG on jueves 23 de junio de 2011 Pedro Echeverría

http://pedroecheverriav.wordpress.com
 La lectura del magnífico libro: “Guerra fallida contra el crimen organizado”, en proceso de publicación, escrito por el diligente y acucioso investigador Luis Fernando Roldán Quiñones, sólo pude interrumpirla para ver en televisión el diálogo entre el escritor Javier Sicilia –adolorido por el asesinato de su hijo- que encabezó a principios de mayo una caminata de Cuernavaca a la Ciudad de México y que un mes después se puso al frente de una caravana de ocho días de la ciudad de Cuernavaca, Morelos a Ciudad Juárez, Chihuahua, y el presidente Felipe Calderón que desde diciembre de 2006 encabeza un régimen de gobierno bautizado por la oposición como espurio o ilegítimo. La realidad es que no podía esperarse otra cosa en un diálogo donde las demandas fueron limitadas a la petición de castigo y justicia como si fueran una abstracción sin de contexto.

El abrazo de Sicilia -Guadalupe Lizárraga

Con un abrazo quedó sellado el diálogo entre el Poeta y el presidente Calderón, sobre una guerra que no cambiará. Un abrazo que políticamente representó la indignación para muchos, la satisfacción para otros, pero la estrategia contra el narcotráfico será la misma
¿Qué significa el abrazo de Sicilia a Calderón al final del diálogo por la Paz? Javier Sicilia, conocido mediáticamente desde la muerte de su hijo como El Poeta, termina el diálogo privilegiado con el presidente de México, Felipe Calderón, con un abrazo fuerte y hasta afectuoso, frente a los medios, a algunas víctimas de la violencia contra el narcotráfico y frente a las redes sociales. Ello ha generado más indignación y suspicacia por quienes ya no creen en las palabras del Poeta ni mucho menos en las de quien ha ocupado la presidencia de este país y a quién se le ha juzgado durante su mandato de dudosa legitimidad por unas elecciones controvertidas.  

 El abrazo de Sicilia a Calderón, en un momento en que la mayoría de los mexicanos repudiamos la política de combate parcial al narcotráfico y de militarización del país, no es ingenuo. Hay mucho significado político en ello. Van 40 mil muertos, 25 mil niños incorporados en estas mafias, casi 5 mil mujeres asesinadas y más de 1200 desaparecidas en 17 años, sin que sea una prioridad para ningún gobierno. Y las desapariciones no han cesado como tampoco los asesinatos. Los militares en las calles, lo familiares de las víctimas amenazadas, la presencia de agentes estadounidenses en las ciudades.

 Martha Anaya -Crónica de Política-Frialdad de funcionarios ante víctimas -  

Si algo resultó contrastante en el diálogo de ayer entre las víctimas de la violencia y los funcionarios del gobierno, fue la enorme distancia entre unos y otros. La falta de sensibilidad y empatía de Francisco Blake Mora, de Genaro García Luna y de Marisela Morales.

Pero pocos frutos se recogerían al final: aportación económica para el monumento y las placas que se harán con los nombres de las víctimas; inicio de los preparativos con el secretario de Gobernación para ver lo de una comisión de seguimiento a víctima y en seguridad; atención personal del propio Presidente a algunos casos que se plantearon en la reunión de muertos y desaparecidos.
Y, una vez más, disposición a revisar la estrategia contra el crimen. Pero…
Como repetiría de nueva cuenta: “Prefiero que me juzguen injustamente por haber actuado”.
Ahí se enconchaba, se refugiaba. Seguramente así será hasta el final de su sexenio.

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