miércoles, 21 de enero de 2009

Los Viajes

Los Viajes
Bueno, estoy en el proceso de rescatar mis escritos "viejitos" para poder dejar salir a las creaciones nuevas, claro que como buen intento de escritora siempre que los leo se les da un ligero retoque.
Hoy volvió a visitarme mi amigo "insomnio", y está bien. Ya compartiremos más sobre él.
Estoy empezando a agendar mis viajes para 2009, "Business trips" y esto trajo a colación este escrito de mis viajes.

Bolivia (2004)
Hoy estoy en uno más, y muy contenta, es tan sabio mi cuerpo que ya sabe cuando necesito nuevos aires y poner en perspectiva mi hábitat.
Viajar es vivir, es moverte, es aprender, es dar, es soñar, es cansarte mucho, gastar más de lo que planeas y sobre todo es abrir tus horizontes mentales, físicos, energéticos.
Me encanta viajar! Definitivamente soy del Club de Marco Polo.
Es la herencia más hermosa que me dejó mi Papa, aprender a viajar y a encontrar en cada viaje un don, un privilegio.

Mi primer viaje internacional a los seis años marco mi rumbo y no se ha detenido aún. ¡Que delicia! Viajar te prueba, te hace darte cuenta lo mucho que amas tu nido, tu espacio, tu ciudad. Y más yo que tengo el privilegio de estar en la hermosísima ciudad de Guadalajara.
Lo que más he amado de los viajes es toda la gente que he conocido, los amigos humanos, los ángeles del camino, los desconocidos que te regalan un rostro y una cultura.

Hoy estoy terminando un viaje que fue totalmente cansado y lleno de impredecibles, hoy si dije muy a la mexicana: --no vuelvo a salir ni a la esquina--
Los regalos de Bolivia, del desierto de Atacama, de los Andes vistos desde el aire, valió la pena todo este caos, pero mi cuerpo pide esquina y dice ya quiero llegar.

No sé que va a pasar en mi nuevo proyecto de vida, quizás no viaje tanto pero definitivamente el club de Marco Polo seguirá, que tal empezar a disfrutar México sufragado por mis propios ahorros.
Aquí en medio del conocido aeropuerto de Dallas y después de 36 hrs. que no he podido llegar a mi destino, unas lagrimas en el teléfono público de desesperación con su subsiguiente dolor de cabeza, un taxista enamorado que nunca falta, no sé porque tenemos “pegue” con los taxistas... verdad Gina? En fin todo pasa en un viaje. Comer por comer, con el nivel de estrés ni se me antoja nada, solo es una actividad mas.

Viajar al inconsciente esa si es una odisea! Empecemos a meditar mas, a vivir la yoga como forma de vida y a viajar a esas cumbres y profundidades de nuestro ser interno.

Hoy con mi nuevo trabajo “tranquilo” con el descanso del escalón, que se han detenido un poco los viajes de negocios, cuesta trabajo viajar en casa.
Ese es el reto ahora: Redescubrir nuevos horizontes sin montar un avión, sin salir de tu casa.
“Es aprender a ver con nuevos ojos los paisajes que te rodean en lo cotidiano” como diría Marcel Proust.

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